miércoles, 11 de junio de 2008

Eres



… Y seguirás preguntando: ¿Por qué eres mi gran misterio?

Es que eres mi gran misterio, por la extrañeza de las situaciones y de su contexto improcedente; por el paso del tiempo y su real noción, por las palabras peligrosas, los acertijos extaciantes y un gran secreto que albergas bajo esa sonrisa inherente. Yo en tanto vuelvo mi norte, ya que la imagen - esa magnificencia de la espontaneidad substancial- que brotó para concebir tu ser en aquella vez que el camino dio paso a un visitante oportuno, en ese camino, mi propio camino… es indeleble en cualquier lugar de mis horas. Discernible es el efecto de tus palabras, hace que la intriga sea ilusoria, al menos así ésta alimenta mis ansias por descubrirte y no censura la curiosidad. Quiero reaccionar sin dejar de sentir, quiero arrimar mi piel a lo mutuo, quiero dar y entregar lo absoluto, aferrarme a lo que hoy creo posible, simplemente hacer de ti mi constante energía. Permíteme encontrarte, sin comparar el ideal de mis sueños, solo complementar el anhelo de la perfección y encontrar conexión entre el deseo y la realidad. Déjame enredar la ternura y la convicción, sólo concédeme candor y confianza.

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