jueves, 25 de septiembre de 2008

Sobre una Cama Helada


No es invisible el modo
en que ya no te busco,
ni esta manera nueva, sin fe ni mediodía
de llovernos despacio, -como gotas de hielo-,
de no ceder un palmo en medio del tornado.

El olvido es azul . Nunca termina
de convertirse a golpes en él mismo.
Se mide por ausencias y papeles en blanco.

Tras su paso, el silencio
deja detrás de sí un paisaje de ruinas,
una patria deshecha e inmolada
a los grises fantasmas de la pérdida.

El ánimo rojizo de las uvas maduras
se apodera despacio de la tierra.

Te quise. Me quisiste. Nos quisimos.
Qué fácil es decirlo cuando no queda nada,
cuando ya ni siquiera recordamos
el tacto de los sueños.

Ahora que la memoria se bate en retirada,
-vencida y silenciosa
como un niño sin cromos-,
y lo único tangible frente a nosotros mismos
es lo que ya no existe.

*Raquel Lanseros.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Sinfonía de una Mujer


Ella impetuosa, decidió rajarse las medias y subirse la falda, se embetunó la piel con esencia de flores ardientes, y unos labios gruesos rebosantes de roce. En las avenidas, por doquier iban y venían sucias palabras rojas, pero su paso era tan firme que a la vez la ira que sentía, se enredaba violenta entre el sensualismo nocturno y una mariposa que nacía del arco de su espalda. Los ojos expectantes no lograban ver que realmente ella no deseaba, sólo quería hundirse en otros cuerpos, para detener el odio, para despojarse de aquel hilo de palabras que asfixian su alma. Ella sólo estaba buscando refugio, una madriguera concupiscente, oscura, pero poseedora de exagerado placer, un respiro final y libre de culpas, una mano firme que adjunte instinto y cuerpo, ella se ha remitido al anhelo déspota del amor de tierra, expedito y concentrado. Ahí posó al fin, entre febril locura y pasión, desnaturalizada, esta vez, retenida en brazos extraños, volando constante, rítmica, sedienta de fuga. El instante mismo nunca fue tan intenso, el desconocido sació hasta el sueño más protegido, el goce tornó su cuerpo dorado y su voz cantó el éxtasis profundo de esa sinfonía lujuriosa. Ella ha bastado su ser, en una luna eterna de frenesí anochecido, derrochó hasta la última gota de sudor reprimido, desencadenando aún más fortaleza despechada, aquella que curará la sangrante llaga naciente, justo en medio de la más íntima debilidad.


Lila Andelizha

sábado, 13 de septiembre de 2008

La Buena Vida


Hay olor a flores, esas flores pasadas a muerte, asoleadas sobre trozos verdes de tela fúnebre, en el ataúd de madera preciosa y brillante, como si así el hombre muriera mejor o como si su cuerpo fuera evitado por los gusanos y cuanta micro fauna carroñera. Tampoco debo pasar por alto u omitir que me parecen absurdos los funerales y sobre todo los velorios, el hombre ya se ha ido, y por más que recen no volverá, además su alma vaya donde vaya de seguro no querrá oír esos odiosos rosarios monótonos, ni mucho menos valorará las visitas oportunas, de esa gente que sólo se acerca por compromiso a dar las condolencias a la familia afectada, que burdo, me parece mofa. Hay otros que aparecen luego de muchísimo tiempo nada más ni nada menos, que en estos escenarios, bueno, hay que decir que también eran infaltables en los cumpleaños y celebraciones, quizás tenían cosas que hacer cuando ese hombre que acaba de morir tuvo algún problema serio. La esposa llora desconsoladamente, quizás ahora asume enrabiada que deberá sobrellevar la casa y todos sus gastos, sus hijos aún no terminan de estudiar, pero poco se les verá de apoyo, siempre fueron hijos de papá. Que asco, que sínico es este momento, recuerdo que cuando murió Juan, otro amigo, asistí yo con su perro Demian en brazos, era lo único que tenía, yo sólo fui el guía del animal, aunque nunca olvidaré a ese hombre, si bien, no estuve todo el tiempo a su lado, como la gente diría que lo debe estar un buen amigo, siempre eran infaltables las caminatas por la ciudad, observando a la gente y sus absurdos movimientos, igual que los de nosotros, nada menos, un café italiano con merengue, comentarios del diario del día y unos cigarrillos de chocolate. Buena vida se daba, pero estaba sólo, eso decía la gente, pero Juan, era de esos viejos que jamás necesitó a un humano, para qué, decía, los tienes que invitar, llamarlos para el cumpleaños y regalarle cosas a sus hijos, eso, es pura hipocresía, decía con voz impetuosa, yo, estoy absolutamente de acuerdo.


Lila Andelizha

jueves, 11 de septiembre de 2008

Arco de Flecha


Las cosas son simples y un tanto duras, siempre descubres lo que deberías haber sabido primero que todo en un momento inadecuado, precisamente tarde. Ya no sirven los ideales, ni mucho menos las ilusiones maravillosas, ha pasado un tiempo, has vivido con un cierto rango de características impregnadas en la piel, que lentamente se van desnudando frente a tus ojos creativos. Es simple nuevamente, quedas petrificado, lloras, te desilusionas y caes brutalmente. Hay otros casos en los que sueles amar aun más lo recién descubierto, pero esas son las menos, estoy en esas.
Hoy se desnudó lo más hermoso que tengo y que creía tan mío e ideal, por algo netamente humano, pero que una vez más por la misma razón, fue mal concebido. Aún así, estaba parado frente a mí, con el pecho totalmente abierto, diciendo miles de palabras a la vez, como arcos de flechas ardientes en las peores batallas ancestrales. Me hería cada una de ellas del modo más impío, se clavaban en mis ojos mojados. Pero lo seguía queriendo desesperada, ahora lo deseo catatónicamente, todo se ha incrementado, mi amor y mi odio van emparejados, la cohesión falta y también la paciencia, pero ese ser que definitivamente no es para mi, ahora que lo he descubierto cual fiera en el bosque y que me parece insoportable, es Él sencillamente, se ha mostrado verdadero, sincero, es él y su identidad en génesis que disfracé en demasía, frente al alma más desiquilibrada del mundo, la mía.
.


[esto se ha convertido en un Diario de Vida, ...lo evitaré]
Lila Andelizha