viernes, 6 de febrero de 2009

Historias de Hormiguero



Mirando la fotografía de una persona a la cual he querido bastante en poco tiempo, luego de haber tropezado con ella en mi vida, pensé: “ella será Judas” y ¿Por qué pensar que alguien sería Judas de buenas a primeras?, quizás por su apariencia extremadamente inofensiva, como aquellas que uno dice “pero si ella no mata una mosca”. Así es la cosa, nada más, en mi vaga experiencia he sabido sacar con pinzas entre un hormiguero de millones y millones de seres humanos a los que serán Judas, Maestros, trascendentes y pasajeros, a los que me serán –desde una perspectiva más bien fría- servidores y los que simplemente se encuentran de adorno como los excesivos jarrones sobre la mesa de centro de mi abuela.

Con el tiempo lo comprobé con un par de hechos, nada tan grave, a parte de que ocasionaron unos cuantos deseos suicidas en algunas noches solitarias y unos diálogos internos un tanto desquiciados en los que me veía yo sentada frente a un juez con peluca blanca –al estilo clásico-, que me dictaba el fallo sin misericordia, al final del juicio yo resultaba ser la culpable de todo, incluso de la traición del famoso amigo de Jesús. Es increíble, pero la verdad es que siempre tengo esa imagen, con síntomas suicidas o no, pues, tengo muy desarrollada esa parte de los hombres que nunca quieren oir, mi ser partido en tres, más allá de la estructura psíquica típica del Ello, el Yo y el Súper Yo, siempre me condenan, siempre me incitan, pero ya ese es otro cuento.

Mi Judas es dulce, a pesar de la seudo traición cometida por su representante, -la chica en cuestión-, es un verdadero Ángel, y yo un Neo Jesús maltrecho pero con un corazón que a pesar de verse frío y calculador, además de lo petulante, supo perdonar, -aunque Judas ni siquiera haya sentido que debía ser perdonado-, algo de culpa tiene siempre la víctima, en eso creo fielmente, es otro tema sumamente complejo.

Pero tener a un Judas perdonado tras el desastre, da cierta fortaleza, créanlo, yo así lo pude comprobar, da cierto aire de superioridad, es como andar con un letrero enorme y luminoso demostrándole al mundo entero que uno hizo el bien y supo perdonar a su amigo el traicionero. Yo a propósito siempre he creído que Jesús de cierta manera gozaba demostrándole al mundo su bondad desbordante y sus actos, por los cuales certificaba legalmente aquella virtud, pero de seguro el propósito de su vida no era jactarse en su totalidad sobre la misma. Pero como se trata del Neo Jesús, es decir, yo, diré sin pelos en la lengua ni escrúpulo alguno que sí, efectivamente me elevó el ego haber perdonado, haber tenido de esas conversaciones con el enemigo –ex amigo- oyéndole decir de su boca que de cierta manera actuó sin pensar o que comprendió absolutamente las reacciones que tuve ante el fraude.

Ahora, ¿Qué pasa cuando Jesús traiciona a Judas o –en otras palabras si se quiere- cuando Jesús se convierte en Judas?, ¿Puede haber lugar para dos Judas en una misma historia?. El Neo Jesús olvidó sus principios, Jesús fue tentado en la ciudad por el diablo en forma de amor-venganza, Jesús aprovechó su jocosa situación de ego henchido -por obrar bien-, y traicionó a Judas exactamente de la misma manera que él lo traicionó, aunque suene increíble.

¿Qué hace Jesús?, se ha ganado el odio que derrochó hace algún tiempo contra Judas, vino de vuelta, vino como flecha directa hacia el alma, y Jesús se ha quedado sin respuestas ni palabras, recibe la flecha cargada de odio, como el veneno en la venganza, como predicó alguna vez y callará por un tiempo, será luego el que esté solo caminando lejos y largas horas para meditar, esperará al Juez de peluca alba en medio de la nada y él será el que dictaminará la sentencia, un par de años estará bien, Jesús cree en las segundas oportunidades, pues si no tiene perdón de la tierra o de la boca de su buen amigo Judas, lo tendrá de todos modos desde las alturas, un perdón que se arraigará en su espíritu para luego ser más del bien que del mal, para no cometer el error con los demás que habitan en este oscuro hormiguero.

Jesús comete errores, Jesús también es hombre.




Lila Andelizha