lunes, 10 de agosto de 2009

No sé cuándo pasan estas cosas...

(Hago abuso de ironías)

-“No te arrepientes, ¿En serio?, claro, si uno está bien en tiempo presente ¿Qué demonios importa el camino pasado?, y el futuro, ¿Qué es eso?, no importa haber tomado un tanque de guerra y haberlo hecho andar por campos de flores, derribando casas de madera, -que aún yacían frágiles después del llanto-, quemando árboles y destruyendo el suelo fértil, lanzando bombas a merced del objetivo, -como justificando los medios-, sin recordar, sin detenerse hasta la cima, donde está el premio final a tanto acaparador esfuerzo. No importa si hay alguien en medio de la ruta, se aplasta como insecto y ya, y si alguien sugiere algo uno va y le refriega en la cara el sabor del triunfo.

¿Triunfo me dices?, a verdad, olvidaba que ahora tienes el trozo de carne que querías, luego de haber arañado a tus “rivales”. Sí, lo siento, también lo olvidaba, verdad que efectivamente los tenías y por eso defendiste tu capricho cubriéndote de indiferencia para ocultarlo en ocasiones y dando golpecitos constantes con un objeto cortopunzante en nuestras espaldas, pero no importa, ahí uno estará cuando te veas zurciendo el corazón de tanto dolor, claro, es obvio, despreocúpate y brinca de alegría, vive con los ojitos volteados, mirando lo desgraciado que has sido, total ahora es un ahora, y es paradójicamente grosero de felicidad, seguramente así es, ¿verdad?.

Por último uno considera que necesitabas con desesperación una mano que te recordara lo humano que eres, o una palabra simple con alguna significancia romántica, el problema es que uno ya cree menos, porque nos hemos revolcado más años en el pasado y ya hemos creído sin frutos en el maldito presente, entonces uno sencillamente dice que podrás sufrir, y que no queremos eso para vos, porque te hará como nosotros y luego matarás la infancia del amor diciendo esto mismo a otros. ‘Así se aprende’, -podrás decir ahora-, pero yo digo que debe ser bajo otros brazos, pues no son adecuados para tu estrechez de maldad, pues no se te veía, hasta sacar las garras de esa mujer que quiere salir desafiando a su mayor adversario, el resigno.

Sencillamente, es obvio, creíste en lo que jamás quisiste creer, porque actuaste a franqueza de piel, y ya te crees grande porque has asumido un riesgo y has levantado una fortaleza con tu decisión. Pues no valdrán nada en tierra, sólo en dulce fantasía de niña.

Ahora viene la caída libre, pero cuando toques suelo firme, sentirás que has crecido y en un comienzo no vas a querer arrepentirte, hallarás justificaciones burdas, luego lógicas, luego vas a querer volver, más te esperaré sentada ahí afuera, sé exactamente el día en que llegarás (…)”


La voz de algún Despecho

1 comentario:

  1. ... Esas palabras son las del viento, rugiendo fuerte. La del anterior ser gris.

    Un ser de color fuerte, pero no sé.
    Javiera Nomeolvides...

    No me queda mas que decir, que eso que escribiste en rojo, esta bien puesto.

    Te Amo.

    ResponderEliminar