un susurro desde un costado de mis costillas,
todo está hablándome y el ruido es lo que callo.
A veces todo sigue en estado pendiente,
temblando, oscilando desde una rama
en un bosque perdido, en medio de un instante.
El camino no es uno, avanza conmigo, se desprende.
Todos tenemos una ilusión,
Todos tenemos la capacidad de destruirla.
Jamás estuve pensando en caminar sobre las nubes
Sólo me perdí encontrándome.
El espejo, mis ojos, no me dicen nada.
Los sueños y las pesadillas cada noche
se han convertido en la huella que sigo.
El tedio no merece su nombre,
Esto es lo que atiborra mi carne,
Me hace ser, la sombra que siente para saber.
No terminará nunca, el laberinto es el inicio de otro.
Lila A.
