jueves, 3 de diciembre de 2015

Atrás


**
El camino que preciso,
me promete volver al inicio,
por eso esta noche
puedo repatriar cualquier territorio,
para deshilar las horas perdidas,
y remendar con hilo nuevo
los agujeros de plata
que dejé enrevesados
en el tiempo.
Por la garganta vuelan las cadenas y
los cordones que procuran la conciencia.
Hemos dejado una estela febril,
la cual germina en el lomo del mar.
El verbo se hace flujo repentino,
va musitando retrospectivas al oído.
Atrapo sus tormentas en medio del sopor
que provoca su manotazo,
amaino las caricias
substanciales,
Y el destino crepita bajo mis talones.
A veces los confines fenecen,
y la memoria esparce sonidos difuntos
por la arena y sus cristales.
Cuando el origen es el fin,
hundo mis dedos en la tierra
y siento la textura de todos los muertos.