Me vapulean las paredes.
Se asoma en el cielo un vendaval.
Un ave cayendo con las alas extenuadas,
envuelta en vacilaciones.
No anticipo mi destino trágico,
más me flagela la idea de abrir los ojos.
Un días más, una embrollo sumándose
a la fila.
-Abuso de negativas en la lírica-.
Usted se está dando cuenta, y
sólo le digo:
“Saque sus propias conclusiones
psicoanalíticas” Porque…
Muchas veces miro a la ventana y
sólo veo aves desplumándose.
El augurio se teje, de la misma
manera que se arremete.
Las palabras pueden parir cualquier
escenario.
Las letras fluyen en la sangre
de las aves rotas.
Yo le doy vida a mis Hados
oscuros.
Y en este instante, sólo soy
capaz de crear cuervos.
***Lila A.