miércoles, 2 de abril de 2008
2 de Abril
Lloro, lloro de felicidad, de reproche, he tenido todo y a veces no sé valorar totalmente las situaciones y lazos importantes. Me siento aun más egoísta, me siento con una desilusión quizás un poco enfermiza. ¿Por qué todo ha tenido que ser así?, pienso que el arrepentimiento y la lección han llegado un poco tarde, siento que nadie me lo perdonará. Ahora solo quiero seguir en este proceso, cambiar y cambiar, comprender, escuchar, dar, regalar, hacer por y para el resto, lo mío es mío y la multitud necesita más de mí de lo que imaginaba, soy implícitamente considerada, y odio darme cuenta ahora.
Vivo en lucha constante, me creo consecuente y capaz para llegar allá donde veo plenitud, donde veo paz y claridad, después de todo se lo que quiero, pero me ha costado más de unas cuantas crisis, ahora hace unos instantes recuperé fuerzas, hubo palabras sinceras, mágicas, ¡que buena gente! y yo sin apreciar absolutamente nada.
Es hoy la continuidad del todo, de ese final que quiero palpar, aquel que marcará el siguiente comienzo, es tarde, pero no por eso imposible.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario