domingo, 5 de julio de 2009

Omnisciente

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Uno que siempre pasa indiferente por las avenidas, uno que siempre vive pensando en uno mismo; Resulta que llega ese instante en el camino, en el que se presenta ante nuestra nariz, una escena paralizadora, aquella vez en que todos los relojes se detienen y comienza a rodarse cual película alternativa, el contexto, personajes y una profunda voz en off dentro de la cabeza, intrometiéndose en un olvidado y remoto rincón del presente.

Específicamente, ese día, andaba por ahí, especialmente feliz, -por lo demás, es bien extraño reconocerse en un estado así-, pero lo que viene a continuación cambiará el sentido de todas estas palabras.

Como es común, habitual, pero poco sabido, iba formulando absolutamente todo lo que he escrito hasta aquí, -es enserio-, hasta sus puntos y comas, mientras me dirigía al centro de esta ciudad. Me preguntaba las mismas cosas, y estaba empeñada en poner total atención a todo acto que interrumpiese el ahora de aquel momento, y el ‘ensimismamiento’ de un día como aquel, o como hoy o como cualquiera.

Encendí un cigarrillo –vicio del demonio-, pero en este pasatiempo apasionante, extraño, -irresistible-, de alojarse en el mismísimo instante, siempre me inunda un sentimiento de nostalgia, -no es tristeza, dije nostalgia, quizá es culpa de Astor Piazzolla y su 'Introducción A Héroes y Tumbas', que se reproducía en mi mp3. Pero en ese momento, en donde uno sólo posee noción de andar sin mirar atrás, en donde se combina música y vida, se interpuso un filtro muy particular, ahora ya no hay voz en off, ni un contexto muy original, no hay trabajo minucioso de fotografía, ni esos colores rojos y verdes intensos. Resulta que aquí se ha impuesto impetuosa la 'Realidad', -sí, con Mayúscula-, sin duda un gran film, un tanto crudo, un tanto extraño, un tanto impredecible y difícil de seguirle la trama, pero apuesto que nadie podría dejar de verla una y otra vez.

Una mujer aparecía lento desde un plano general, una calle gris a un costado derecho, iba descalza, con los pies sangrantes y sucios, luego, en un primer plano nítido, su pecho descubierto, mas violado que pudoroso, triste, su seño delatador, rígido, había tanto dolor en esa expresión aterrada, era un enfoque desgarrador. Con un grito ahogado, apagado, se encontraba inmóvil de pronto, la piel arrastrada, no tenía más que su suplica callada y la humillación más eterna en unos ojos negros, humedecidos.

Se detuvo junto al semáforo en luz roja, tiritaba de frío, a su lado aparece en escena una chica que acababa de llevarse un cigarrillo a la boca, no reparó en la presencia acabada de la mujer, -iba concentrada en no sé qué, tal vez no se puede saber. La mujer, quién tenía la cabeza hundida en la vergüenza, de pronto levantó vista y le brindó una mirada punzante a la chica, ésta oportunamente cruzó el asecho, y esos ojos muertos, se clavaron feroces, sin conmiseración en su alma, en ese momento ella se desplomó, se fue la conciencia, se detuvo el tiempo en un mísero segundo, se desterró la calma, se largó el color vivo, la voz omnisciente, los personajes rebuscados que se cruzaban, la musiquita melancólica cesó de golpe, así de la nada, esto era real, la ruindad más hiriente del ser humano, la angustia que impregnaba en el aire, opacó y desechó todo, enmudecía despacio y cuando dieron la luz verde, ambas, soltaron paso, contrastando rumbo y suerte, traspasando sollozos, desorientadas, impávidas, una más conciente que la otra, una más culpable, pero ese cuadro fue increíblemente duro, desalmado, todas las emociones se mostraron en juego, la vida y la muerte, la muerte en la propia vida.

Al otro lado de la avenida, hubo silencio, hubo un quiebre, hubo una lágrima que no quiso salir, la mujer le dijo, -‘me robaron la vida’-.(…) y yo no supe que decir, le brindé mi cigarrillo, -a veces calma el alma-, venía la micro, así que la hice parar, subí y recién ahí pude llorar en silencio, esa tarde, el guión de la Realidad, fue una verdadera tortura.
*
.Lila Andelizha

3 comentarios:

  1. oohh, javi realmente imagine todo lo escrito. Lograste transmitir las sensaciones y hacerme preguntar: en verdad lo viviste? o es ina anecdota fictisia?, que se vuelve realidad de todas formas..
    Me ha sucedido, estado tan concentrado en el ruido interior, que volver la vista al segundo plano hace que se genere un impacto y division entre un mundo propio y el exterior. Como si lo de "aya afuera" fuera ajeno. Y luego lo siento propio y me desconosco y me pregunto, que hago?, que hacen?, que realmente sucede?, y eso pasa solo en 2 segundos que parecen detenidos y prolongado. Lamentblemente luego caigo en el conformismo cotidiano.

    Que estes bien (te debo un libro, siempre lo recuerdo).

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  2. Qué ... No hay palabras y jamás las habrán - almenos para mi, porque para ti siempre las hay-.
    Si fuese -sólo quizás- por la música que suena no me pondría a llorar. ¡A dónde mierda hemos llegado! Así, sin signos de pegunta... Sabemos la respuesta, y tú, testigo doloroso de este mundo infeliz y tan feliz a veces, la tienes escrita en tus ojos.
    Personas llenas de dolor. A veces se contrasta tanto con la felicidad que sale de no se donde, y no me refiero a esa vanal de nosotros, sino que esa felicidad de las personas esas que no sé.

    Últimamente esos golpes son tan frecuentes... entiendo ahora a los señores profesores que se han vuelto medio locos medio cuerdos.

    Dolor querida, y esa música maldita que suena en el maldito parlante (qué agradable es maldecir cuando se siente así).

    Hermana mía ¿Qué se hace cuando Jesús se vuelve Judas? qué changos se hace cuando tanto se miente...

    He mentido...
    Las cosas cambian vertiginosamente y en las cabezas no hay realidad o no hay lo que había ... Sólo me queda esperar las tardes en la playa, en tregua contigo y unos cuantos más.

    Pero.. ¿Ves que si lo logras?
    El globo lo dijo.


    Y un post scritum para vos: He retornado con elmaldito blog.


    Luz blanca levemente morada para ti...

    Y mucho amor.

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  3. Porque el viento me dijo que sólo tú entenderías...

    Añoro verte...

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